MISION SAN BUENAVENTURA

Fue en Semana Santa Domingo, 31 de marzo 1782, cuando el padre Serra fundó la misión que resultó ser la última que estableció personalmente, San Buenaventura. El rey español cambió de posición una vez más, afirmando que unos pocos colonos blancos fueron de mayor valor que cualquier número de indios. El padre Serra alegó que el dinero para fundar las misiones, vino de la colecta privada del Fondo de las Pías. El rey respondió que por  ley el administró el Fondo de las Pías. Nuevas misiones serían iglesias solamente, sin el usual apoyo de las industrias por la mano de obra indígena. Serra hizo caso omiso de las nuevas normas en Ventura, que detuvo temporalmente una mayor expansión.

Aun así, en virtud de las viejas reglas, Ventura fue rápidamente más próspero. Un reservorio y sistema de acueducto de siete millas de largo suministraba campos de estiramiento a la costa de todas las regiones del azul del Pacífico, creciendo, de acuerdo a un registro, "impresionantes" variedades de productos agrícolas.

Por supuesto, con la secularización, esas normas originalmente ignoradas fueron completamente forzadas. En 1845 todas las tierras e incluso la propia iglesia habían sido confiscadas, aunque la iglesia y algunos pedacitos de otros bienes fueron devueltos. El pueblo dormido además de la misión, de pronto floreció en 1887 con la llegada del ferrocarril. Hoy, una ciudad moderna, rodea la serena y antigua misión.